lunes, 29 de abril de 2013

Ecuador, un pequeño país lleno de oportunidades


Rafael Jordá Bordehore. Geólogo Msc.
Rudnik Ciencias de la Tierra S.L. (responsable para Ecuador)


Bosque petrificado de Puyango,
con troncos fósiles de hasta 10 m de longitud.
Llegué a Ecuador en mayo de 2011, para dirigir unos estudios geofísicos y geotécnicos en el mar. Como geólogo que soy siempre me había llamado la atención Sudamérica, más aún por mi condición de nacido en este hermoso continente (mi padre, como yo ahora, cruzó el charco para trabajar, un poco más al sur, en Argentina).
Sin embargo, y he de reconocerlo, Ecuador no estaba en mi lista de posibles destinos. Al igual que yo, la gran mayoría de colegas del gremio de las Ciencias de la Tierra, suelen mirar más al sur, siendo Chile y Perú los destinos preferidos.


El Cotopaxi nos recibe a la llegada a Quito.
De este país conocía bien poco: sus famosas islas Galápagos, su capital llena de historia, y un par de famosas cumbres nevadas, que algunos amigos habían ascendido (Cotopaxi y Chimborazo).

Es quizás esa falta de conocimiento lo que hace que venir a Ecuador sea tan interesante.

Galápagos: lugar para repetir (septiembre de 2011).
El país es mucho más que lo que se conoce de él, y las maravillosas islas Galápagos son tan solo la punta de lanza de esta geografía, que ofrece gran variedad de alternativas, desde su costa, en gran parte virgen donde anidan tortugas y danzan las ballenas en los meses de verano, a ciudades históricas, como Quito, Cuenca o Zaruma, o selvas con una biodiversidad de las mayores del planeta, y volcanes activos con nieves perpetuas fácilmente visitables por la pequeña dimensión del territorio ecuatoriano.
Zaluma, en la provincia de el Oro, candidata a Patrimonio
de la Humanidad. Una historia vinculada a la minería
aurífera, que perdura bajo su casco histórico.
Pero a Ecuador no vine por naturaleza sino por trabajo, y este es uno de los puntos fuertes del país. El crecimiento económico, la inversión en infraestructuras y la escasez de personal cualificado, en nuestro campo, hacen que no sea complicado hallar un trabajo y una vida estable aquí.

La iniciativa privada, como empresa o autónomo, una vez superadas las trabas legales pertinentes, resulta también interesante, si bien en este país se defiende mucho lo nacional y la inversión privada es menor que en otros países cercanos.
Con mi hermano Luis visitando las minas de oro de Zaruma.
Mi caso, desde octubre de 2012, es este último. Con una extensión de la empresa que tengo junto a mi hermano Luis (que por cierto vive en Perú), hemos creado una en Ecuador y Perú (www.rudnikandina.com), tanto para trabajar nosotros como para asociarnos facilitando la entrada a otras empresas españolas.

Entre los campos más interesantes, tanto por la falta de competencia como por la demanda, destaca sin duda la geotecnia, por el gran desarrollo de viviendas e infraestructuras, y la minería.
Descendiendo al cráter del Quilotoa con mi pareja y
compañera de aventuras.
Dos grandes proyectos están por arrancar, Fruta del Norte y Mirador, de oro y cobre respectivamente.

En el país ya existe cierta tradición de pequeña y mediana minería. Miles de personas trabajan o dependen de la minería artesanal del oro. en poblaciones como Portovelo, Zaruma o Ponce Enríquez; minas en su mayoría poco tecnificadas. La explotación de áridos y calizas, ligados a la construcción, están en claro aumento, como lo están las exigencias medioambientales, por lo que la presencia de técnicos es cada vez más necesaria.
Por la playa de Ligüiqui, en Manabí (foto: Ito Barreiro).

No debemos olvidar otros campos de trabajo tales como el petróleo (Ecuador posee reservas principalmente en el área amazónica), energías renovables y geotermia, incorporándose el país a las políticas energéticas globales; los riesgos geológicos, ligados principalmente a inestabilidades de laderas (deslaves), muy frecuentes en toda la geografía ecuatoriana e inundaciones en el área costera y, por último y muy llamativo, la investigación.

Con Almudena y mi hermano Luis, visitando la excepcional
colección vinculada a geología y minería de Magner Turner,
en Portovelo.
Ecuador está apostando por la incorporación de profesionales con doctorados y maestrías, tanto para aumentar el nivel de sus universidades como para hacer más competitivos sus centros de investigación. Prueba de ello es la beca Prometeo Viejos Sabios.
Con todo lo mencionado, creo que más de uno tendrá interés en pasarse por aquí, y yo estaré encantado de apoyar en lo que esté en mis manos, pero no debemos olvidar que emigrar, aunque enriquecedor en muchos aspectos, no es fácil y sobretodo no es barato.

Mono aullador en el bosque de Pacoche, a media hora de la
ciudad de Manta (foto Ito Barreiro).
Podéis seguir nuestras andanzas en nuestro blog: http://speleominas.blogspot.com/, y por mi parte me despido invitando a los trotamundos a visitarme en Ecuador, pues espero estar aquí un largo tiempo, y quien sabe, quizás mis hijos también nazcan en Sudamérica.







rafael_jorda@hotmail.com


viernes, 19 de abril de 2013

Mi amiga Coral

Rafael Fernández Rubio, desde el Cuadrilátero Ferrífero (Minas Gerais, Brasil)


Andaba hoy trabajando por el Córrego de Fechos, en Nova Lima (Minas Gerais), y ha venido a visitarme mi amiga “Coral”. ¡Bonito nombre!...
 
Venía vestida que parecía un payaso, porque a nadie se le ocurre ponerse un traje a rayas, de vivos colores, amarillo, rojo y negro, aunque andes por la selva. ¡Digo yo!
 
Y a nadie se le ocurre esconderse entre la hojarasca, tapándose la cabeza bulbosa, y moviendo la parte final de su cuerpo, para despistarte (por aquello de que: aquí te pillo, aquí te mato).
 
Esta, que ha salido a mi encuentro, tenía casi setenta centímetros, aunque la verdad es que no la he medido, para no enfadarla. Dicen que, cuando salen de los huevos, las crías de serpiente coral miden casi 18 centímetros y son ya venenosas.

Las corales, o rabo de ají, constituyen un grupo de serpientes venenosas de la familia Elapidae, propias de zonas tropicales. Su mordedura, es de las más venenosas, pero tiene la ventaja de que no es dolorosa en el primer momento, ni provoca hinchazón en la zona afectada, y hasta los síntomas pueden tardar en manifestarse hasta pasadas doce horas. Ahora, eso si, si no te aplican el correspondiente antídoto, la neurotoxina comienza a perturbar las conexiones entre el cerebro y los músculos, provocado dificultades en el habla, visión doble, parálisis muscular y, en último término, paro respiratorio y cardíaco... total que te manda al otro mundo la muy jodida.
 
Dicen que, si no la pisas, en general no te va a morder, pero como se oculta entre las hojas, si no vas atento si que te puede morder. La nuestra (bueno, que mía no es, y si la quieres te la puedes quedar); digo que esta cuando le han azuzado con un palo, se ha metido en un agujero entre las piedras.

En todo caso siempre andamos por la selva con “perneras”, hasta la rodilla, de grueso cuero, para proteger contra las mordeduras de estos billejos.

Esta serpiente es pariente de la cobra y de la mamba, y es la segunda vez que me la encuentro (la otra vez fue en el arenal de un barranco muy escarpado ("córrego"), en lo que luego sería la mina de Aguas Claras, en Nova Lima (Minas Gerais).

 La “gachí” se alimenta de lagartos, ranas y serpientes más pequeñas, incluidas otras serpientes coral.