Jorge Novo Negrillo, Geólogo
David Lorca Fernández, Ingeniero Técnico de Minas
El archipiélago de las Islas Canarias. |
La isla de Lanzarote buque insignia de las Islas Afortunadas. |
Y de estos navíos vamos a fijar la atención en el que, surcando por el proceloso océano, aparece como buque insignia: la isla de Lanzarote, a mil kilómetros al suroeste de la España peninsular.
Isla esta encadenada a un eje de volcanes, donde la lluvia media apenas alcanza a los 150 mm...
Y ¿qué se puede hacer cuando es tan escasa la lluvia? ¡Milagros! Es lo que hacen, con tesón, los conejeros, que así se conoce a los habitantes de Lanzarote.
Volcanes en la isla de Lanzarote (Foto: L.M. Bugallo Sánchez). |
Evolución en el nacimiento de las Islas Canarias.
(Guillou et al., 2004). |
Como no estuvimos allí para contarlo, en los viejos tiempos geológicos, acudimos al saber de J.A. Rodríguez Losada que, en la isla de Lanzarote, distingue tres ciclos volcánicos diferentes: 1) ciclo de basaltos tabulares (entre 15 y 6 millones de años), visible en los macizos de Famara al Norte y de los Ajaches al Sur; 2) ciclo volcánico intermedio (entre 2 y 1 Ma); y 3) ciclo reciente, que incluye las erupciones históricas muy bien documentadas, porque geológicamente apenas fueron de ayer.
Montaña de Fuego en el Parque Nacional de Timanfaya (http://www.informacioncanarias.com/). |
Estos materiales cubrieron los territorios más fértiles de la isla, producto de la meteorización e hidrólisis de las rocas superficiales, del antiguo edificio volcánico (alteritas).
Hoy, escalofriantes permanecen los relatos de aquel acontecer, como el histórico manuscrito del cura de Yaiza, y los de otros testigos presenciales de los hechos...
Cadena de volcanes en la isla de Lanzarote (Foto: L.M. Bugallo Sánchez). |
Malpaís de Timanfaya (Foto: Isabello del Toro). |
Detalle de los conos invertidos con su correspondiente viña (Foto: Peter Gerstbach). |
Se trata de millares y millares de hoyos, que podrían parecernos micro-volcanes. Su morfología es la de conos invertidos, excavados en las cenizas volcánicas, con diámetros que llegan hasta los 4 a 5 m, y profundidades de hasta 2 a 2,5 m.
Arquitectura sin arquitectos (Diseño: R. Fernández Rubio). |
Los conos invertidos cubriendo laderas y llanuras (Foto: L.M.Bugallo Sánchez). |
Y estas construcciones, verdaderas obras de artesanía, son exponente fehaciente de la laboriosidad de estos hombres y mujeres, sin más ayuda, muchas veces, que la de sus grieteadas manos.
Desde cualquier ángulo, desde cualquier perspectiva, atraen a la vista, arrebatan y cautivan a los sentidos, y nos producen profunda admiración.
Plantación de viñedos en cenizas volcánicas (Foto:Soko78). |
Los hoyos a veces se ven sustituidos por zanjas, a lo ancho de todo el plantío o perimetrales a la finca.
Vendimiador en plena faena (Foto: J.M. Barreto Caamaño). |
Una vez que aquellas fatídicas trapisondas volcánicas, surgidas del magma profundo, hundieron en la miseria a la agricultura de esta isla, sus habitantes no se dieron por vencidos, y buscaron el fértil subsuelo, perdido bajo la cubierta estéril de cenizas y, con su incansable tesón , fueron abriendo, día a día, año a año, estas inmensas colmenas en el negro picón. Y allí plantan sus viñas y también, en menor proporción, higueras y otros frutales.
Como colmenas las plantaciones de viña ocupan grandes superficies (Foto: J.M. Barreto Caamaño) |
El número de esos conos, y por consiguiente, el de cepas que albergan, no supera a los 2.000 por hectárea (con lo que estamos hablando de unos seis millones de conos). Las cepas, que en promedio pueden tener entre 30 y 50 años, se podan en rastra.
Con racimos de granos de oro premia la Naturaleza el esfuerzo de los conejeros (Foto: J.M. Barreto Caamaño). |
La vendimia se realiza cada año allá por el mes de julio, con una producción de entre 1.000 y 1.500 kg de uva por hectárea, totalizando entre el millón y los tres millones de kilos, de un producto de excelente calidad.
Entre las distintas uvas, que aquí se cultivan, la más famosa es la variedad "malvasía"; uva pequeña, muy delicada, y de escaso rendimiento, pero sin duda muy bien adaptada a este medio, de intenso sabor y perfume, como los vinos que de ella nacen.
¿Y eso es todo?... desde luego que no, porque hemos hablado de tierra fértil sepultada por ceniza, y del artificio empleado para recuperar su valor agrícola, pero ¿cómo se riega a estas viñas donde apenas llueve?
De esto queremos hablar, porque es ejemplo evidente de un "sembrar agua", no registrada en los pluviómetros, en donde entran en escena dos elementos clave conjuntados: vientos alisios y nieblas, de los que estos agricultores han sabido sacar todo el provecho, con esos conos invertidos en las que cultivan las viñas.
Entre los vientos planetarios son los alisios los que de manera casi constante enfilan hacia las Islas Canarias. |
Porque los alisios, que llegan desde el noreste y el norte, en su largo discurrir sobre el inmenso océano, vienen con sus ubres cargadas de agua, en forma de niebla, en un proceso de realimentación continua, base de una siembra de agua, oculta a nuestros ojos, pero con aportaciones mucho mayores de lo que pudiéramos imaginar. Es lo que se ha dado en llamar "lluvia horizontal", pero que, al combinarse con el ingenio y el esfuerzo humano, preferimos englobarlo en el concepto de que entendemos más apropiado de "sembrar agua".
Durante la noche la humedad de las nieblas se condensa en las cenizas volcánicas (Foto: J.M. Barreto Caamaño). |
El tapial defiende a la uva de los vientos alisios (Foto: J.M. Barreto Caamaño). |
En este marco dinámico no podemos olvidar que estos vientos alisios, por el efecto Coriolis, soplan de manera casi constante, desde el norte - noreste, a partir de las altas presiones subtropicales, hacia el sur - suroeste, donde se produce el ascenso por las bajas presiones ecuatoriales. Todo ello con el impulso que aporta el anticiclón de las Azores, enorme máquina energética, creada por el dios Eolo.
El "sereno de la noche" provoca la condensación oculta en forma de rocío (Foto: J.M. Barreto Caamaño). |
De esta manera se origina la condensación oculta y, con ello, la "siembra de agua". Y es así que la precipitación del rocío (aquí conocido con tan poético nombre como el de: "sereno de la noche"), hace posible el cultivo de la vid, donde aparentemente no se contaría con la lluvia requerida.
Nos acercamos al final del relato, pero no quisiéramos terminarlo sin dedicar algunas palabras al proceso termodinámico que se produce en La Geria, aunque la documentación científica localizada es escasa, y el proceso no está cuantificado.
También las higueras se benefician de la siembra de nieblas (Foto: J.M. Barreto Caamaño). |
Hemos de decir que, en la isla de Tenerife, se han realizado estudios muy profundos, dados a conocer por Juan José Braojos Ruiz, toledano de nacimiento y tinerfeño de adopción, que nos ha aportado información muy valiosa y, en especial, su publicación titulada "La nube, el pino y la otra lluvia"...
Los vientos alisios superiores aportan su agua de niebla en las islas de mayor cota. |
Pepe Braojos, a lo largo de ese denso estudio monográfico, desgrana todos los factores y, lo que es más meritorio, aporta la formulación para poder realizar la modelización matemática. De esta forma la precipitación de agua de niebla es mucho mayor que la precipitación en forma de lluvia, en el contexto del balance hídrico de las islas más occidentales de las Canarias, especialmente en zonas cubiertas por pino canario (Pinus canariensis), pero también por otras especies arbóreas, como las que pueblan al bosque laurifolio.
Bosque húmedo en las Islas Canarias (http://www.absolutcanarias.com/laurisilva/) |
No obstante, de la lectura de su libro surgen cien ideas, y ganas de poder orientar una investigación aun no realizada, que permita definir, con precisión, los volúmenes de agua infiltrada, en ese "acuífero cutáneo" de cineritas.
El sembrar niebla en Canarias no es un experimento... es la más fértil realidad (Foto:Bthv). |
Cuando no hay agua se suple con imaginación... (Foto: Frank Vincent. Bodega La Geria) |
Nota final: Son muy a destacar otras actuaciones hidrológicas y agrícolas, que han llevado a cabo los hombres y mujeres de Lanzarote, a las que hoy no podemos dar cabida en este relato. Nos referimos a lo descrito por Marta Peña Hernández (en su artículo "Breve aproximación a los sistemas agrícolas de Lanzarote"): construcción de "pareones" en las laderas de elevada pendiente; de "traveseros" en los cauces de los barrancos; de "gavias" para aprovechar las lluvias torrenciales que estacionalmente tienen lugar en Lanzarote...
Agradecimientos: A cuantos han aportado información, documentación e imágenes: Dionisio Canomanuel, Juan José Braojos, José María Barreto Caamaño... A los agricultores de Lanzarote por su excelente saber hacer...