sábado, 2 de marzo de 2013

La Puna salteña (Argentina)


Alberto Ghiglione Claverol, Director Operativo RECA Consultores SRL Buenos Aires (Argentina)


Después de haber visitado varias veces la PUNA, del Noroeste Argentino, es imposible no  recordar  las impresiones del primer viaje hacia las minas de borax, en el Salar del Hombre Muerto, que se extiende entre las provincias de Salta y Catamarca.

La Puna es una región tipo meseta de alta montaña, propia de la cordillera de los Andes. Climáticamente la Puna es una región de baja presión atmosférica, menor proporción de oxígeno en el aire, clima frío, con escasas precipitaciones (especialmente en esta Puna seca), y temperatura media anual de 6 ºC hasta -7 ºC.

En este entorno el Salar del Hombre Muerto está situado a unos 4.500 metros de altura, y corresponde a  una típica depresión, que alberga un depósito salino o "salar", formado por sal y salmuera saturada de cloruro de sodio, pero también litio, potasio, sulfato, borato y otros componentes menores como  rubidio, cesio, y bromo.

El acceso desde la ciudad de Salta, en camioneta, nos llevó en aquel entonces  unas seis horas de marcha, trepando cerros por caminos de cornisas, vadeando caudalosos ríos en la época de los deshielos, recorriendo largas e intermitentes planicies. Con descubrimientos nuevos y sorprendentes detrás de cada curva y al coronar cada collado.

Partimos del subtrópico, por momentos selvático, de los alrededores de Salta, con los ramajes enmarañados de su vegetación, haciendo techo sobre el camino y llorando la humedad del rocío nocturno.

El sol apenas despuntaba en algunas vueltas del camino.

Tras hora y media de marcha por el camino de ripio, trepando laderas, cruzando ríos y admirando los colores que el día nuevo nos permitía contemplar, llegamos a San Antonio de los Cobres, pueblo que fuera en otra época capital de la Provincia de Los Andes (hoy dividida entre Salta y Jujuy).
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Nos saluda con su mensaje de bienvenida,  pintado sobre el cerro que la contiene y que  mimetiza  el marrón uniforme  de sus construcciones de adobe y sus callecitas angostas.

También nos recibe con sus gentes,  coyas, que nos ofrecen sus artesanías, sus dulces y sus bollitos; sus prendas tejidas con lana de llama y también, y si queremos, un poco de coquita para masticar y mitigar el mal de altura que el oxigeno cada vez más escaso nos va a hacer sentir.

Hombres y mujeres de piel cobriza curtida por el viento, el sol y la nieve de la puna, herederos de una historia y un terruño que necesita seguir viviendo en sus  costumbres, tradiciones y filosofía de vida.

Llamas y guanacos empezaron a aparecer con más frecuencia en los alrededores de algunas moradas de piedra y barro diseminadas en medio del paisaje.

Nos sorprendió el cruzar y a veces acompañar el recorrido de los rieles, por donde circula el TREN DE LAS NUBES, obra fantástica de ingeniería si se tiene en cuenta que fue concebida alrededor de 1930, que llega hasta una altura de 4.200 metros, y  que se corona en forma impresionante sobre el Abra de Muñano. 

El Tren de las Nubes es  hoy admirado y utilizado con fines turísticos en viajes de más de diez horas de duración.

Cuando nos remontamos a unos 3.000 metros de altura el empinado camino, que circunda los cerros, nos dio un respiro y accedimos a una extensa planicie, donde nos recrearnos con la visión panorámica y policromática del  entorno rocoso, en algunos  casos  coronado por nieves permanentes.

Allí descubrimos, en algunas lagunas a la vera del camino, a los bellos flamencos rosados de la puna que nos contemplan con la curiosidad de vernos a nosotros,  extraños seres ajenos a su mundo, a sus dominios, a su paisaje.

Luego, otra vez, la abrupta trepada que nos llevó hasta los 5.050 metros de altura. En ese punto nos detenemos, y cada uno de los viajeros deposita, casi con solemnidad, una piedra en un montículo ya bastante elevado. Es la ofrenda a la PACHAMAMA.

La Pachamama es para los nativos la personificación de la Madre Tierra, la que los guía y los protege de todos los males y a la que, para agradecerle, se le ofrenda algo de todo lo que ella, en su infinita sabiduría, les entrega. Por eso es que los mineros le ofrecen una piedra, pequeña parte de lo que ellos recogen de la tierra.

La invocación para la siembra le rezan en su idioma:

Pachamama de éstos lugares, bebe,
masca la coca y come a gusto ésta ofrenda.
Para que sea buena la tierra
Pachamama buena madre
¡Se propicia! ¡Se propicia!
Haz que caminen bien los bueyes
y que no se cansen.
Haz que brote bien la semilla,
que no le suceda nada malo,
que no le tome la helada,
que produzca buena cosecha
A ti te pedimos. Dánoslo todo
¡Se propicia! ¡Se propicia!

Ese pequeño homenaje a semejante altura, y en el lugar en que estábamos, puedo decir que llegó a conmovernos, y los que íbamos por primera vez también tomamos una piedrita y la colocamos suavemente sobre el montículo.

La parte final del viaje fue en descenso hasta los 4.600 metros, y allí nos encontramos con el pequeño pueblo que rodea al impresionante Open-Pit, de donde se extraen los minerales del boro.

Pueblo de unos cien mineros, viviendo con sus mujeres y sus hijos, con su escuela, con su hospitalito, con su pequeña capilla, con su dura vida barrida por los vientos y las nieves del invierno, con sus realidades y sus esperanzas. Con ellos convivimos... Pero esa será otra historia.

albertog@recasrl.com.ar




7 comentarios:

  1. Espero ansiosamente esa "otra historia" que menciona al final, ya que me resultó muy interesante esta nota. Siempre es un placer leerlo y aprender cosas nuevas. Ana

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  2. muy hermosa la experiencia vivida la verdad que me gusto el relato espero mas imformacion de salta la linda y sus lugares preciosos para visitar emanuel

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    1. Gracias por tu comentario. Espero proximamente continuar contando cosas no solo de la linda Salta sino de tantas maravillas de nuestra Argentina
      Alberto

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    2. Gracias por tu comenario. Espero continuar proximamente contando cosas no solo sobre la linda Salta sino de tantas de nuestra hermosa Argentina

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  3. muy hermosa la experiencia vivida la verdad muy lindo el relato espero saver mas de salta la linda y sus lugares preciosos

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  4. GRACIAS POR TU COMENTARIO

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